jueves, 17 de febrero de 2022

IPREM Y SMI

 



Ambos son índices de referencia para el cálculo de distintos conceptos.

El SMI (Salario Mínimo Interprofesional) es un indicador, creado en 1963, que hace referencia al salario mínimo que debe cobrar un trabajador por cuenta ajena a jornada completa. 

Se actualiza anualmente, mediante Real Decreto del Gobierno, teniendo en cuenta la inflación, la productividad media del país y el aumento de la participación del trabajo en la renta nacional. Y desde 1980, previa consulta a las organizaciones sindicales y empresariales más representativas. 

Sirve de referencia para conocer, por ejemplo, la parte de salario de un trabajador que no puede ser objeto de embargo, o los límites mínimos y máximos de determinadas contingencias.


Hasta 2004, el SMI, fue la referencia para el acceso a becas, ayudas y subvenciones. Pero desde el 1 de julio de 2004, es otro indicador, el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), el que se utiliza como referencia de distintos de tipos de ayudas: becas de estudio, acceso a VPO, subsidio de desempleo, indemnización mínima por despido, derecho a asistencia jurídica gratuita, prestaciones sociales, etc

El IPREM se actualiza a menor ritmo que el SMI. Se revisa anualmente a través de los Presupuestos Generales del Estado en función de la evolución de los salarios.


En 2022 estos son los valores de ambos indicadores:

IPREM Mensual: 579,02 euros  (Ley 22/2021, 28 diciembre, PGE)

SMI Mensual (14 pagas): 1000 euros (Real Decreto 152/2022, de 22 de febrero, por el que se fija el salario mínimo interprofesional para 2022)

martes, 15 de junio de 2021

50 AÑOS DEL FIN DEL PATRÓN ORO

Si vais al Museo Británico y visitáis la sala dedicada a la Historia del Dinero, os encontraréis con la primera edición del libro El Maravilloso Mago de Oz (The Wonderful Wizard of Oz), ¿y por qué está allí ese libro?.



En él se critica una parte importante de la historia del dinero, en concreto, la época en la que el valor del dinero, tras la aparición del papel moneda, se fijaba según la cantidad de oro de la autoridad emisora de monedas y billetes. Este sistema monetario, conocido como patrón oro, establece una equivalencia dinero-oro.

Con ello, cualquier ciudadano podía pedir en cualquier momento la conversión de sus billetes por oro. 

A finales del siglo XIX, siendo el patrón oro  la base del sistema financiero internacional, se produjo en Estados Unidos una gran deflación que generó una deuda enorme, cuyos principales afectados fueron los granjeros del oeste.

El partido demócrata, que defendía los intereses de los agricultores, quería que  también se utilizase la plata para respaldar el dinero, es decir, quería un patrón bimetálico, oro-plata, para, de esa manera, incrementar los precios. Sin embargo, el partido republicano se oponía a utilizar la plata.

El periodista L. Frank Baum escribió un cuento, El Mago de Oz, donde representó este enfrentamiento político económico. Existen distintas interpretaciones del mismo pero no hay duda de que pone de manifiesto el debate sobre la política monetaria del momento.


Dorothy, es el prototipo de ciudadano americano, que con sus zapatos de plata (eran de plata, en el cine fueron de rubíes) debía seguir el camino de baldosas amarillas (el camino del patrón oro) para llegar a la ciudad Esmeralda y pedir ayuda  al Mago de Oz (onza). En su camino se encuentra con el espantapájaros (representación de los agricultores), el hombre de hojalata(representación de los  industriales favorables al patrón oro) y el León cobarde (representación de William Jennings, el demócrata que defendía la utilización de plata pero que había sido derrotado en las elecciones);  todos van a ver al Mago para que les ayude con sus problemas.

En la ciudad todo parecía hecho de oro y esmeraldas, aunque en realidad lo que sucedía era que el Mago obligaba a que todos llevasen unas gafas con las que lo veían en verde como si todo fuera de esmeraldas y así creían que era mago de verdad ( hacía referencia al valor ilusorio del papel moneda, y era verde porque era el color de los billetes de 1 dólar).

Dorothy descubre que la solución para volver a casa está en sus zapatos de plata

Inteligencia, corazón, valor, de los distintos implicados para reclamar un sistema bimetálico que solucionara la grave crisis que atravesaban los Estados Unidos.

Sin embargo, Estados Unidos continuó con el patrón oro aunque tras la Primera Guerra Mundial y tras la Gran Depresión muchos países europeos fueron adoptando el sistema  de dinero fiduciario, el valor de las monedas estaba respaldado por la autoridad monetaria de cada país.

 En 1944, tras la Segunda Guerra Mundial, los Acuerdos de Breton Woods persiguieron crear un sistema monetario internacional y, como no se veía factible una moneda única (el Bancor, propuesta por Keynes), establecieron el patrón dólar oro, en el que el dólar estadounidense ejercía de divisa internacional a un cambio fijo en oro. Estados Unidos se comprometió a mantener el valor del oro en 35 dólares la onza para las operaciones entre Bancos Centrales. A partir de ese momento, el precio de las monedas de los otros países se fijaba en relación al dólar.  Se compraba oro a cambio de dólares, y dólares a cambio de oro.

Las grandes adquisiciones de oro para especular comenzaron a vaciar la reserva de Fort Knox, muchos países europeos también comenzaban a repatriar su oro, llegó un momento en que había más dólares que oro que los respaldara, por lo que el precio del oro era superior al cambio fijo de oro; sumado al enorme gasto de la Guerra de Vietnam y al déficit de la balanza comercial hicieron que, el 15 de agosto de 1971, el presidente republicanoRichard Nixon (aconsejado por Milton Friedman) tomara una serie de medidas económicas entre las que se encontraba la suspensión  del acuerdo de convertibilidad del dólar respecto al oro, abandonando para siempre el patrón oro y pasando al sistema de dinero fiduciario, en el que el valor del dólar estaría respaldado por la autoridad monetaria estadounidense, la Reserva Federal.




martes, 1 de junio de 2021

NÚMERO DE IDENTIFICACIÓN FISCAL (NIF) DE LAS PERSONAS JURÍDICAS


La personas físicas, en España, tenemos un documento nacional de identidad (DNI), un número y una letra que también son nuestro número de identificación fiscal (NIF).


Antiguamente, las personas jurídicas poseían  un Código de Identificación fiscal (CIF), pero desde el 1 de enero de 2008 las personas jurídicas y entidades sin personalidad jurídica que vayan a ser titulares de relaciones de naturaleza o con trascendencia tributaria deberán solicitar el NIF, mediante la declaración censal de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores (en la casilla 200 del modelo 036).

Este NIF es diferente al de las personas físicas.

Veamos.

Se compone de una letra y 8 dígitos. Podemos diferenciar cuatro partes:

UNA LETRA. Indica el tipo de entidad.

DOS PRIMEROS DÍGITOS. Indican la provincia a la que pertenece la entidad.

CINCO DÍGITOS. Los cinco primeros indican el número de inscripción de la entidad en el registro provincial.

ÚLTIMO DÍGITO. Es el dígito de control, puede ser número o letra.


Letras correspondientes a cada entidad:

Dígitos que corresponden a cada provincia:


EJEMPLO DE NIF