La personas físicas, en España, tenemos un documento nacional de identidad (DNI), un número y una letra que también son nuestro número de identificación fiscal (NIF).
Antiguamente, las personas jurídicas poseían un Código de Identificación fiscal (CIF), pero desde el 1 de enero de 2008 las personas jurídicas y entidades sin personalidad jurídica que vayan a ser titulares de relaciones de naturaleza o con trascendencia tributaria deberán solicitar el NIF, mediante la declaración censal de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores (en la casilla 200 del modelo 036).
Este NIF es diferente al de las personas físicas.
Veamos.
Se compone de una letra y 8 dígitos. Podemos diferenciar cuatro partes:
UNA LETRA. Indica el tipo de entidad.
DOS PRIMEROS DÍGITOS. Indican la provincia a la que pertenece la entidad.
CINCO DÍGITOS. Los cinco primeros indican el número de inscripción de la entidad en el registro provincial.
ÚLTIMO DÍGITO. Es el dígito de control, puede ser número o letra.
Letras correspondientes a cada entidad:
Dígitos que corresponden a cada provincia:
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